“¿Quién llenarÃa tu silla si no estuvieras aquÃ?”

Tras una pregunta al equipo de liderazgo que pensamos era muy poderosa. Mirando alrededor de la sala a preguntamos: “¿Quién ocuparÃa su posicion de liderazgo si no estuviera aquÃ?”
Uno de los mejores y más capaces lÃderes que conozcose conectó con su equipo a través de esta pregunta.
Les proporcionó no solo una imagen clara de lo que significa estar en el liderazgo de nuestra organización, sino ser un lÃder, punto.
Si quieres liderar, debes asegurarte de nunca dejar una silla vacÃa. Debes desarrollar constantemente otros lÃderes para tomar tu lugar.
Lo dije antes, pero es responsabilidad de un lÃder reproducir a otros lÃderes; esa es la premisa del liderazgo real, pero también debe ser el centro de la vocación como lider.
Desde el inicio del año 2006 me apasiona enseñar principios y prácticas de liderazgo, no como una forma de construir un nombre, sino como una forma de construir otros lÃderes. He hecho el trabajo de mi vida agregar valor a los lÃderes que multiplican el valor por los demás.
Vengo con esta convicción honestamente. En mi primer rol de liderazgo, no desarrollé otros lÃderes de la manera que necesitaba. Como resultado, una organización que floreció mientras estuve allà se desmoronó rápidamente solo unos meses después de mi partida. Simplemente no habÃa suficiente liderazgo para mantener el impulso.
No quiero que eso te pase a ti ni a nadie. Es por eso que quiero que hagas eco de esa pregunta en tu vida: “¿Quién llenarÃa tu silla si no estuvieras aquÃ?”
Independientemente de su rol, edad o etapa, debe pensar en desarrollar a alguien para que ocupe su lugar.
Uno de los mejores hallazgos luego de realizar dicha pregunta fue que los lÃderes más jóvenes, entre las edades de 25-35 años, no solo estaban ascendiendo a posiciones de liderazgo, sino que también estaban llegando a otros en el camino.
En promedio, ¡los lÃderes jóvenes fueron mentores o se desarrollaron entre uno y cinco lÃderes potenciales!
Mis amigos, todos deberÃamos tener la misma disposición que los lÃderes. Nuestra atención debe centrarse en invertir en las personas adecuadas que tienen el talento y la aptitud para asumir nuestro papel. No significa que tengamos que tener diseños en un rol diferente, no invertimos en otros como un plan de escape. Invertimos en otros porque queremos sacar lo mejor de ellos, lo que nos libera para preguntar: “¿Qué sigue?”
Porque, si el liderazgo nos enseña algo, siempre hay algo a continuación, y deberÃamos estar listos para responder la llamada.
Eso solo es posible si hemos hecho el trabajo de preparar a alguien para que tome nuestro lugar. No podemos dejar atrás una silla vacÃa: se lo debemos a nuestros equipos y a nosotros mismos para asegurarnos de que estamos desarrollando otros lÃderes que puedan avanzar. Nos preocupamos mucho por las personas que lideramos cuando preparamos a las personas para dar un paso adelante y asumir el liderazgo.
Los buenos lÃderes nunca dejan una silla vacÃa. En cambio, dejan un legado de lÃderes que desarrollan lÃderes.
¿Se puede decir eso de ti?
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